Si en cada casa las personas preparan sus alimentos podría crearse una red de consumo compartido. Es decir, una casa puede preparar sopa para todos, en otra el plato fuerte, en otra el acompañante y así al final, todos compartir.
La idea sería que saquemos todos nuestros juguetes en perfecto estado que ya no usamos porque crecimos para crear un banco de juguetes que pueda llegar a muchos niños que no los tienen.